Sentado entre la bulla y el silencio,
La infinidad de un lucero y el humo de algún cigarrillo;
Reconocí el amor de mi vida
Quedé estático por un momento
Y cayeron hojas maltrechas por el tiempo.
Eran de esas miradas que duraban “para siempre”.
Desnudamos nuestros labios,
Y derramamos sangre de dolor
Mientras la noche coreaba alguna despedida.
Para cuando los puntos se detuvieron
Morimos en silencio, tu en la bruma y yo sentado en el rocío…
Y pensar que nunca serás mía
Que tan solo fuiste esa “mirada para siempre”…,
Aunque para siempre quedó tu mirada en la noche y en mi silencio.
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