solo en la carretera

no hay sol ni equilibrio moral,
estoy triste nada mas...

lugares vacíos de tristes canciones,
la noche trémula y desnuda.

el paso de la luna inicia su curso
hincado en el suelo inicio la muerte.

me bofetea el crepúsculo
me rompe los cesos.

y no dejo de pensar
y no dejo de soñar.

entre la realidad y la ficcion

Un pintor dio un sobresalto
Y suspirando mantuvo su línea.
Corrió hacia las azucenas
Y se detuvo ante una rosa.

Con ternura la detuvo entre sus manos
Y la puso a salvo de las hojas
Y la lluvia del invierno.

La llevaba a un jardín escapado de la vida
Y tocaba melodías escondidas.
Sin duda y claro sin pensarlo,
Se había enamorado.

Pintaba en cada tarde su amor, su dulzura
En alguna pared detrás de la ciudad.
Escuchaban juntos al viento,
Daban formas a las nubes.

El cantaba poesías,
Ella miraba enternecida
Ambos con miel en los ojos
Y rubores en las mejillas.

Llegó la primavera,
Y la flor convertiose en hada.
Nuevos surcos preparaba la vida.

Ella tenía que volar
Y buscar el techo de la libertad.
El tenía que trabajar,
Sufrir y resucitar.

Ella se fue, con pañuelos y margaritas
El quedó con la muerte en la ciudad.
Promesas, y solo quedaron canciones en el recuerdo
Postrados en los lamentos de alguna piedad.

Una tarde, distraído, escapando también de la vida
Escuché una extraña melodía que acompañaba alguna melancolía.
Me sorprendió la mirada y quedé sin respiración.

Los cisnes formaban elegancia,
Mariposas y aves volaban majestuosos
La lira cantaba sola en un muro escrito que decía:
“cantaré siempre para ti, la rosa de mis sueños”.

Entendí todo entonces, el arte me trajo hasta acá.
Había una sola razón, volví la mirada,
Seguí caminando… empecé a escribir…